Nunca pensé que fallecerías de una manera tan trágica e inesperada. Aquella tarde del 26/01/2021 me fui a hacer ejercicio al igual que siempre y esperaba volver a verte cuando regresara a casa. Nada me prepararía para la trágica noticia que recibí cuando llegue, habías atacado a un sapo cumpliendo con tu lealtad de defender a mi madre y lamentablemente aquel anfibio era venenoso, ocasionándote una convulsión que acabo con tu vida al instante. Llegaste a casa en agosto del 2017 y tenías aproximadamente 1 año de edad; en un principio no me caías muy bien ya que nunca antes había tenido una mascota y sabía que tu llegada significaba una nueva responsabilidad que no había decidido tener, pero con el paso del tiempo te ganaste mi corazón. Parece mentira que estuviste conmigo durante 3 años y 5 meses y en ese corto tiempo te volviste un ser tan leal y afectivo con todos y cada uno de los que te acogimos. Desconozco si hay vida después de la muerte, pero si existe otro plano existencial posterior a este sin duda espero que tu estés ahí saltando y moviendo tu colita como solías hacer cuando me dabas los buenos días, cuando regresaba a casa y cuando te alimentaba cualquiera de nosotros. Descansa en paz mi querido ángel peludo, espero que puedas perdonarme por todo lo malo que pude haberte hecho en vida, siempre trate de que nunca te faltara algo, siempre te di todo el amor y afecto que los perros merecen y espero que donde quiera que estés ahora me recuerdes con mucho afecto tal y como ahora yo te recuerdo en mi corazón. Hasta pronto mi más amado y preciado amigo. Te deseamos de parte de tu familia: Oscar (Padre), Oscar (Hijo), Alberto, Liliana.